DE CÓMO UNA DISCUSIÓN POR UN “HANGARCITO” TERMINÓ EN UN CRUCE ENTRE ESTADOS

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La presidenta terminó por convertir este domingo con sus tuits lo que era una discusión por un “hangarcito”, como lo definió el viceministro de economía de la Argentina, Axel Kicillof, y un reclamo de reciprocidad donde no se necesita, en un conflicto entre Estados. La reunión entre Ignacio Cueto y Kicillof la semana pasada fue cordial, según destacaron los protagonistas, y solo duró 45 minutos. Allí parecía haber terminado la cosa. LAN debía explicar por qué técnicamente era indispensable contar con un hangar en Aeroparque para seguir operando en cabotaje en Argentina y el gobierno, en jueguito para la tribuna, exigía reciprocidad allí donde no se requiere. ¿Era necesario que viajara el CEO de LAN para explicar la inviabilidad operativa de no contar con el hangar? Es posible que el empresario haya aportado, además, otros argumentos mucho más contundentes como para frenar, por lo menos por ahora, una discusión que envolvió a medio país, que estuvo a punto de paralizar la aviación en la Argentina y que monopolizó un encuentro entre los cancilleres de ambos países. Las esperanzas de la empresa están ahora puestas en que la nueva jueza dicte la cautelar y congele el desalojo por 180 días prorrogable por otros 180 días. Cueto se fue prometiendo acercar el informe técnico en unos días. Es difícil saber si se trata simplemente de una tregua hasta las elecciones de octubre, instrumentada ante la evidencia de que el conflicto no los favorecía, como lo reconoció Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas, sorprendido por la reacción de la opinión pública a favor de la empresa privada. Solicitarle al CEO de una empresa, en lugar de a las autoridades, reciprocidad para operar cabotaje en un país que practica desde hace años una política de “cielos abiertos” lo único que mostró es que ni el ministro de Transporte, ni el vice ministro de Economía, ni el funcionario a cargo de controlar los aeropuertos saben de política aérea. Antes la presidenta había caído en el mismo error al afirmar que el Estado argentino permitía hacer cabotaje a “empresas extranjeras” -cosa que no es LAN Argentina- en su territorio y en cambio la compañía estatal, Aerolíneas Argentinas, no recibía el mismo trato en otros países. A LAN la invitó Néstor Kirchner a venir. Y Aerolíneas ya operó sin problemas en Chile, mientras fue capaz económicamente.

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