LAN sigue recibiendo el acoso de Intercargo, la empresa estatal que brinda servicios de rampa en los aeropuertos argentinos y a la que todas las líneas aéreas que operan en el país, con excepción de Aerolíneas Argentinas y American Airlines, están obligadas a contratar. Ya son más de 100 los vuelos demorados en 10 días. Los empleados, incentivados desde la dirección de la empresa, provocan todo tipo de inconvenientes a los vuelos de LAN al demorar los servicios que deben brindar. Les han hecho creer que por culpa de LAN, que no acepta pagar U$S 18 millones extras este año sobre el contrato vigente, sus puestos corren peligro cuando la situación es al revés. LAN, por lejos, es el principal cliente de Intercargo. Sin esta aerolínea, sobraría cerca del 50% del personal de rampa. LAN tienen un contrato vigente hasta el 31 de marzo de 2014 por servicios de handling por U$ 32,4 millones anuales. Se había firmado el 9 de mayo de 2012. Pareciera que la nueva interventora de Intercargo, María Cecilia García, discípula del viceministro de Economía y subgerente general de Aerolíneas, Axel Kicillof, busca revertir los números rojos ajustando compulsivamente el costo de los servicios. Sería oportuno auditar los números de esta compañía estatal ya que no se entiende que sea deficitaria siendo monopólica -en los aeropuertos del continente hay de dos a cuatro empresas para este servicio que compiten entre sí- y disponiendo de las tarifas más altas, por lejos, de la región y entre las más caras del mundo. La semana pasada los medios de Bariloche se hacían eco del lamentable espectáculo de ver bajar los turistas por la escalerilla del avión cruzar la plataforma estando las mangas vacías. Consultado el ministro de Turismo de Río Negro, se limitó a asegurar “que analizará el tema”, mientras que un legislador por el oficialismo dijo desconocer el problema. Lo mejor y lo peor de la temporada aún no llegó. El juez Francisco de Asis Soto le ordenó hace casi un mes a Intercargo reponer el servicio de mangas en todos los aeropuertos. Cecilia García no escuchó. Como tampoco escuchó la ANAC cuando LAN pidió autorización para brindarse su propio handling
