El mecanismo es siempre el mismo: a un medio no oficialista que publica números de gestión de Aerolíneas Argentinas, en este caso Clarín, le sigue inmediatamente una respuesta de Mariano Recalde a través de la agencia oficial Télam y medios cercanos al Gobierno acusándolos de mentir. Clarín había publicado en la semana, que Aerolíneas había recibido del Estado U$S 4.570 millones desde su reestatización y que de sus 48 aviones sólo dos son propios. Recalde no desconoció la cifra de transferencias, pero argumentó que en 6 años se redujo a la cuarta parte el peso de Aerolíneas “en las transferencias del Estado, pasando del 0,73% del Presupuesto Nacional en 2009 al 0,19% en 2015”. Respecto a la flota de Aerolíneas -si bien corrigió que son 73 los aviones del grupo y no 70 como publicó Clarín- no impugnó la cantidad de equipos que son propios pese a la ayuda recibida, sino por no incluir en la cuenta a Austral y sus 22 Embraer 190. Dos de ellos, como detalló Aviación News en su edición del 14 de mayo, son propios, en tanto que de los 20 restantes apenas se lleva cancelado un 30% de un préstamo a 10 años. Como suele hacer el kirchnerismo que siempre compara los datos del país con el 2003, cuando recién comenzaba a rebotar de la gran crisis, Recalde compara los datos actuales de Aerolíneas con el 2008 cuando los españoles de Marsans se hundían inexorablemente por meritos propios y por una “manito” que le daban algunos gremios y Néstor Kirchner con quien no habían llegado a un acuerdo para vender la compañía. Un par de ejemplos ayudan: la escasa vocación del Estado por actualizar las tarifas y la apertura a la competencia. LAN, por ejemplo. Claro que una vez estatizada Aerolíneas, los cielos se cerraron al punto de no permitir a la competencia ni siquiera actualizar su flota y mucho menos llamar a audiencia pública. Como el país, Aerolíneas y Austral tuvieron momentos de esplendor con los que sería bueno compararse.
