Aviación News publicó el jueves de la semana pasada que Aerolíneas Argentinas había recibido al finalizar abril el 54% de los subsidios previsto en el Presupuesto para todo el año. La Nación publicó el sábado que las transferencias equivalían al 51% de lo presupuestado. Era la única diferencia. Los dos medios coincidían que los fondos transferidos desde que comenzó el actual ejercicio, según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), alcanzaban los 1.657 millones de pesos (unos U$S 188 millones). También que a esta altura nadie duda que la empresa requerirá más fondos que los previstos en el Presupuesto para llegar a fin de año, más aún previendo que hay discusiones paritarias por delante. Todo esto pese a que los primeros meses del año son, por lo general, de los mejores en cuanto a demanda y que el precio del combustible para avión bajó considerablemente en todo el mundo. No obstante la evidencia de los números, las autoridades de Aerolíneas se defendieron acusando a La Nación de confundir «ejecución presupuestaria con resultado económico de la empresa», y no comprenden que «en gran proporción posibilitan las inversiones necesarias para seguir creciendo y reducir las pérdidas”. «Gracias a las inversiones del Estado Nacional -continuó la contestación de la empresa- ya llegamos a una flota de 73 aeronaves de última generación”. Aunque si bien se han hecho inversiones en simuladores, talleres, hangares, sistemas informáticos, etc., son pocos los aviones propios que componen la flota: de los 22 Embraer comprados para Austral, dos son propios, mientras que de los 20 restantes apenas se lleva cancelado un 30% de un préstamo a 10 años. También salvo dos, que adquirió al contado Néstor Kirchner al comienzo de la estatización, los 20 B737-700 son alquilados, los mismos que los A340-300 y los 4 A330 (son de ILFC) que conforman la flota internacional, y los B737-800 (lease operativo) que se están incorporación. Respecto a la orden de compras por B737-800, primero deben encontrar quien los financie -hasta ahora sin éxito- o que Boeing encuentre algún lessor que los compre y luego se los alquile a Aerolíneas. Otro tanto ocurre con los 4 A330-200 ordenados a Airbus -dos ya en servicios-, financiados por el fabricante (backstop) ante la ausencia de otro que lo haga. De esta operación es probable que se haya pagado un 20% de la célula. Desde que se restatizó la compañía en julio de 2008, la misma recibió aportes por 23.913 millones de pesos. Para Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas, los fondos aportados por el Estado “no son gastos, es el dinero de los argentinos que se utiliza para mejorar los servicios que debe brindar el Estado, como fueron en su momento la recuperación de los trenes o la construcción de escuelas”, comparó.
