El nuevo incidente, que merece una profunda investigación ya que su repetición no puede atribuirse simplemente a falta de espacio en la plataforma de Aeroparque, sucedió en la noche del martes cuando un B737-800 de Gol rozó con su winglet izquierdo el timón de profundidad derecho de un A320 de LAN que estaba estacionado. En noviembre de 2013, dos aviones del mismo grupo empresario, un B737 de Aerolíneas y un Embraer 190 de Austral, también se rozaron cuando realizaban maniobras de estacionamiento al costado de la pista central. Desde la dirección de la empresa atribuyó el problema “a que Aeroparque está quedando chico”. Se supone, en todos estos casos, que banderilleros perfectamente entrenados asisten a los pilotos en este tipo de maniobras. En febrero de 2012 otros dos aviones, casualmente de Gol y LAN, también se tocaron. Fue cuando el avión de la empresa brasileña que acaba de aterrizar golpeó con el extremo de una de sus alas el fuselaje del otro avión que estaba detenido. En ningún caso hubo problemas con los pasajeros, pero sí daños en las aeronaves.
