El acto de inauguración de la nueva Terminal B en Ezeiza, celebrado este martes, se demoró, por un lado, 2 horas y media y, por el otro, cuatro meses. El acto, desarrollado en las flamantes instalaciones de la Terminal, comenzó recién cuando arribó la Presidenta después de inaugurar -donde se entretuvo volando y aterrizando un B737- el centro de entrenamiento y formación de pilotos de Aerolíneas Argentina, también en Ezeiza. Acto cuyo inicio se demoró también hasta que la Selección concluyó su partido con Bolivia en La Paz por las Eliminatorias. La otra demora -la inauguración había sido anunciada inicialmente para noviembre- se atribuyó en medios políticos a que la Presidenta no simpatizaba con alguno de los directivos de AA2000. La llegada de Rafael Bielsa a la presidencia de la empresa, digerible para ambas partes según se percibe, facilitó el corte de cinta. Durante el acto fue notoria la diferencia entre los militantes, convocados especialmente para acompañar a Cristina, y los invitados, entre ellos la mayor parte de los directivos de las líneas aéreas que operan en la Argentina. Fue llamativa la ausencia del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, como también, y en contraposición, la cercanía con la Presidenta del intendente de Ezeiza, el ultra oficialista Alejandro Granados, padre además del titular de la ANAC. Si bien la mandataria agradeció al concesionario por las inversiones y las obras, la mayor parte de su discurso estuvo destinado a justificar la reestatización de Aerolíneas Argentinas y a felicitar “al equipo de jóvenes y colaboradores que la gestionan”. También en su disertación la mandataria reveló que el titular de Corporación América, Eduardo Eurnekian, le había anticipado que a fin de año se inauguraban las obras en Aeroparque. “Le tomo la palabra”, le dijo.
